Un capullo de rosa que se abrió,
mariposa, que se posó en el cielo.
Es un lucero, ahora resplandece.
Ha de impregnarte con su fragancia
aquella rosa, que recién florece.
Ufano con su capa celestial
quiere envolverte aquel lucero.
Pero la oscuridad te está matando
y aroma delicado no percibes.
Más sin embargo, va caminando.
Brilla, brilla… da su perfume,
no le hace falta, que tú le mires.
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