El árbol se desangra de tristeza,
desde su soledad los vio morir;
impotente llora la corteza,
el fuego devora a sus hermanos.
Es el más grande, el más sabio,
¿tendrá ya dos mil años?
Erguido recuerda su pasado;
ayer se sintió amado.
Miles de años…
Quimera desquiciada
se convirtió en lamento.
Incontrolables, furiosos…
la lluvia, el mar y el viento.
Pagó el error del hombre;
su ceguera, su miedo…
Gime la tierra atormentada.
Exclama desgarrada:
¿Inteligente? ¿Humano? ¡pobre!
Y así en medio del caos
parece que todo se termina;
pero hoy les habló el árbol,
las ramas y las hojas
dijeron temblorosas:
Aún hay tiempo…
¡Detente… escucha al viento!
No hay comentarios:
Publicar un comentario