Tragicomedia de otoño, futilidad,
me arrastraste contigo cual el viento.
Cambiaste la materia de una nube,
transformabas el oro en trocitos de tierra.
Alquimista perverso, cabeza de león,
monstruo que escupe fuego en las orquídeas.
Ayer no fue una orquídea, tampoco margaritas,
acabaste sin más con Utopía, intenté retenerla,
se convirtió en arena entre mis manos.
Busco un pedacito de nube, polvo de oro,
aquel caracol rosa; un salvoconducto
que me saque de esta ciudad en ruinas
y haga que la espiral vuelva a girar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario